No me gustan las entradas
largas, pero bueno, aquí os dejo una bonita flor, con una bonita historia… con
un pequeño poema de mi cosecha.
Su nombre científico es Leontopodium alpinum,
proviene del griego y significa ‘pie de león de los Alpes’. El tamaño puede
variar entre 2,5 y 10 cm, pero su aparente fragilidad sólo es un espejismo tras
el que se oculta una flor increíblemente resistente, capaz de sobrevivir a más
de 3.000 metros de altitud y soportar las temperaturas extremas de las montañas
alpinas.
El solo hecho de tener que escalar montañas, y alcanzar
difíciles recovecos para conseguir un ejemplar, casi justifica por sí sólo las
múltiples historias y leyendas que se han generado en torno a ella. Pero aún
hay más.
La edelweiss vive camuflada. Se esconde bajo la
apariencia de una sola flor, cuando en realidad es un conjunto de diminutas
florecillas que han evolucionado y crecen agrupadas para sobrevivir.
Se la considera un símbolo de
valor y coraje. La leyenda más extendida cuenta que los hombres que pretendían
probar su amor tenían que subir más de 2.000 metros para conseguir una y
entregarla a su amada.
También se dice que tomó su color
de la luna, y que es capaz de huir de los esfuerzos de los hombres que la
persiguen, elevándose cada vez más en la montaña. Representa el honor, el mundo
de los sueños y el amor eterno, que nunca se secará. Su imagen es considerada
como el reflejo perfecto de una belleza extraña y sosegada. En el lenguaje de
las flores, edelweiss significa ‘escríbeme’.
La Leyenda
Allí, donde
cada rincón es acariciado por un tenue manto helado, donde la nieve
cubre las cumbres de las altas montañas, y el frío recorre los valles
congelando los lagos, allí, en un lugar perdido entre el paisaje de los
enimagticos Alpes, cuentan que un, apuesto joven, estaba enamorado de una mujer,
que decían, de una belleza casi comparable a la pureza de la blanquísima
nieve que cubría el pueblo cada invierno, de tez pálida,
ojos grisáceos cabellos rubio casi blanco y rasgos finos y
suaves, convirtiéndola en una albina extremadamente hermosa.
Edelweiss se llamaba.
Se encontraba
Edelweiss recogiendo agua de la fuente cuando el se
acerco, tímidamente le cogió de las manos,
llevaba días escogiendo las palabras adecuadas para confesarle
lo que sentía, pero ahora bajo la hechizaste mirada de esos ojos como
la niebla, casi olvida por completo lo que le quería decir,
titubeando y de la manera mas sencilla y sincera logro decir:
-
No podía demorar por más tiempo amada mía, el momento de
confesarte todo aquello que por ti siento. Sufro cada noche y
cada día de dolor por dentro, al reconstruir tu bello
rostro no solo cuando sueño, sino cambien a cada instante que cierro
los ojos, pues es tan grande lo que siento por ti, que ni una tempestad que
amenazase con arrasar el pueblo, no podría ni con toda su furia,
llevarse un solo ápice de mi amor, ni siquiera toda la nieve de las
montañas que nos rodean, serian capaces de apagar el fuego que hace latir
cada uno de mis órganos al veros, gentil Edelweiss os amo con todo mi
ser.
Sorprendida
pero halagada, recorrió su rostro mirándolo silenciosamente
dejando una de sus manos entre las de el, sonrió tiernamente, y con
un gesto en un tono totalmente diferente, le dijo:
-¡ Oh amado mio
!¡ Abrumada me hallo ante tanta galantería ! Recibo tus palabras con
el dulce mensaje con el que las proclamas. No obstante, ¿ no os parece que
toda declaración debe estar acompañada de hazañas ?
- Hermosa
Edelweiss, aquí donde me veis os pregunto, ¿que es lo
que queréis?. Porque os aseguro que conseguiré todo aquello de
lo que carezcáis si así consigo demostraros lo que siento y
conseguir aunque sea una mínima parte de vuestro desvelo.
Sus finos
labios sonrieron dejando ver una dentadura perlina y una
melodiosa carcajada rompió la seriedad del
momento. Después dijo:
-¡ Enamorado
mio ! Os tomo la palabra y os digo, que si no es verdad que por mi amor lo que
fuera haríais este es el momento de que huyáis, porque el reto
que os vengo a proponer no esta al alcance de miedosos y cobardes.
La miro sin
mediar palabra, dando a entender que quería escuchar atentamente su
propuesta, ante la seguridad de el, ella prosiguió:
- Cuenta la
leyenda, que una noche, una de las estrellas de las que relucen en el cielo le
lloro a la luna y le declaro que sentía envidia de todo aquello
que vivía en la tierra, que deseaba abandonar el firmamento para convertirse
en una flor. La luna
sintiéndose despechada, decidió vengarse enviándola al pico mas alejado de la tierra que en ese momento diviso, eligiendo el Dufourspitze, la enorme montaña que custodia nuestro pueblo. Allí, la estrella bañada por la nieve se transformo en una hermosisima flor de pétalos blancos, que siempre estaría sola en lo alto de la montaña. Es la llamada Flor de las Nieves.
sintiéndose despechada, decidió vengarse enviándola al pico mas alejado de la tierra que en ese momento diviso, eligiendo el Dufourspitze, la enorme montaña que custodia nuestro pueblo. Allí, la estrella bañada por la nieve se transformo en una hermosisima flor de pétalos blancos, que siempre estaría sola en lo alto de la montaña. Es la llamada Flor de las Nieves.
Hizo una pausa y rompiendo el tono solemne con el
que había narrado la historia le dijo:
- Si es verdad que por mi murieras, allá a
buscar esa flor fueras… Y ya te aviso, que sino la consiguieras, tampoco mi
amor obtuvieras.
El rostro del joven palideció un
momento, después volvió a recobrar el color, cuando sus mejillas
se encendieron mientras oprimía los puños y apretaba los dientes, sus
ojos llamearon cuando juro:
-¡ Por tu amor Edelweiss, yo te traeré esa
flor !. Y se marcho con un firme caminar.
Dicen que pasaron muchos días y que el joven
nunca regreso. También dicen que aunque ella reía todas las
mañanas cuando la luz le daba en el rostro, por las noches, cuando nadie
la veía, sollozaba y rogaba que el volviera junto a ella.
Acabo perdiendo el juicio, sin salir de casa y
llorando amargamente todas las noches mientras contemplaba el Dufourspitze.
Su pena culmino una de aquellas frías y
largas noches, en la que según cuentan los descendientes de los
vecinos de aquel lugar, a las tinieblas salio totalmente desnuda a buscarle,
gritando su nombre hasta desgarrarse la voz.
Desde entonces en su honor, la flor de las nieves es
llamada Edelweiss, y es símbolo del amor verdadero y eterno, como el
de los dos jóvenes que murieron arropados por la nieve.
(Información sacada de: http://maestroviejo.wordpress.com/2013/05/11/la-flor-de-edelweiss-leyenda/ )
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Te has convertido
en Princesa y Reina
de mi mundo.
Eres Princesa, por tus encantos,
por el brillo intenso de tus ojos
que encandilan mi alma,
por la claridad de tu mirada,
por la dulzura
del reposar tus sueños
sobre mi pecho.
Reina eres, por tu
estar de mujer serena
y sosegada,
por aquellas lágrimas
antaño derramadas
y hoy ya enterradas,
por la sabiduría adquirida
tras la cátedra de la tristeza,
la soledad y el abandono.
Pero ante todo,
Tú,
amada mía,
eres mi flor
edelweiss,
y has dejado que yo
te encuentre
entre las grietas heladas
de la vida,
para con mi vida,
darte calor.
Así, de nuevo,
con mi amor,
al amor eterno renacerás
para nunca más
sentir la sequedad
del desamor.
Y cuando llegue el frío eterno
del "adiós",
te seguiré escribiendo
mis poemas de amor.
….. ooOoo…..